Sin tregua ha sido el conflicto que se desató entre el Bar La Virgen, ligado a Juan Alberto Schiavoni, en representación de la sociedad Gastronomía La Virgen Vitacura SpA, con la Municipalidad de Vitacura, por la no renovación de las patentes municipales, que significó el cierre de un local cercano al Paseo El Mañío.

A un recurso de protección interpuesto por la empresa en octubre, ahora sumó en paralelo una nueva arremetida jurídica: un reclamo de ilegalidad en la Corte de Apelaciones estampado el 11 de diciembre. En la nueva acción, la firma cuestiona que en la sesión del Concejo de fecha 28 de junio se tomara aquella decisión de no renovación, sin el trámite de consulta previa de la Junta de Vecinos.

Schiavoni dice que el complejo continúa cerrado y que la intención no es reabrirlo, sino lograr que la municipalidad les compense los daños ocasionados por el cierre, que entre la inversión inicial por la compra del derecho de llave, la remodelación del local, el pago de arriendos y finiquito a los trabajadores, cuantifica en unos $ 400 millones a $ 500 millones.

Sin embargo, en la municipalidad señalan que aquello no es efectivo y, consultados por DF MAS, adjuntaron un documento -la resolución del reclamo de ilegalidad en esta instancia municipal- en el que se relata que sí se solicitó a la presidenta de la Junta de Vecinos A -1 Lo Castillo emitir pronunciamiento sobre la renovación de patente de alcoholes correspondiente al segundo semestre de 2023. Pero recalcan en el mismo documento que dicho trámite no resulta vinculante para el municipio y lo que acuerde el concejo.

“No ha habido trato arbitrariamente discriminatorio”, dice parte de ese documento, que adjunta además intervenciones de los concejales, en las que, por ejemplo, se señala que usan una patente que no les corresponde, como si fuera discoteque, cuando tienen de cabaret.